Crónicas del Festival de Cine de Sitges 2021: Quinta parte

Festival de Sitges 2021

Seguimos repasando las películas y vivencias de este reciente Festival de Cinema de Sitges 2021, y hoy ya acabamos con los últimos días de festival, y por supuesto, como siempre, es en estos últimos días cuando se amontonan algunas de las películas más esperadas de la semana (por eso es fin de semana, cuando puede venir mucho más público a disfrutarlas). Cómo ya sabéis si nos soléis leer, nuestro siguiente post será para los premios del festival y después ya pasaremos a las reseñas del cine asiático que más nos haya impactado.

Prisoners of the Ghostland

Pues empezamos por viernes, como siempre a primera hora de la mañana, para ver un poco más de anime (sólo por curiosidad, tampoco nos llamaba demasiado la atención), The deer King es un anime de aventuras quizás menos fantásticas de lo que nos esperábamos, sí que es verdad que tiene algunos elementos visuales inspirados en La princesa Mononoke, pero ahí se queda, sólo en la inspiración visual, el resto de la película no tiene mucho que ver (como habían dicho) ni siquiera es una historia conmovedora ni fantástica, se trata de algo mucho más simple, aunque es verdad que la animación es bastante buena y tiene suficiente interés como para no aburrirse.

Seguimos con The Samejima incident, la película japonesa de terror de este año, con muy buenas intenciones, un terror bastante corriente, ¡pero usando nuevas tecnologías, personajes muy actuales, etc. pero vaya fiasco! No nos salimos casi nunca de una sala de cine, pero con ésta estuvimos a punto de hacerlo más de una vez; al final te lo tomas un poco a risa y acabas viéndola como esas películas de Serie B que se proyectan sólo por diversión. Y no sólo hablamos de su mala calidad en cuanto a actores, dirección, efectos, etc. es que toda la película es un despropósito, no hay por dónde cogerla. Mira que hemos visto algunas películas malas este año, pero creo que ninguna como ésta.

Y ya por la noche, en la Midnight Extreme, nos decidimos por Let the wrong one in, al revés que antes, una película en la que no teníamos ninguna esperanza, que vimos sólo para pasar la noche porque tampoco había nada más interesante, pero que acabó siendo de los más divertido visto este año. Es tan sólo una película de vampiros, pero con una ambientación rural de garrulos irlandeses y una propuesta de guion muy original acaba siendo una payasada llena de sangre perfecta para un festival y un momento como ese; el cine entero se lo pasó de miedo, una muy buena noche sin esperarlo.

Yokai guardians

Ya por la mañana siguiente empezamos con el gran Sion Sono y su muy esperada propuesta de producción americana y protagonizada por Nicolas Cage: Prisoners of the Ghostland, que resulta ser un western japonés (algo en la línea de Sukiyaki Western Django de Takashi Miike), pero con bastantes deficiencias. Entre ellas un guion muy estúpido y una ambientación que mezcla los dos mundos (el del western y el de los samuráis) de manera muy sinsentido, poniendo algunos elementos de cada aquí y allá para dar un poco de visibilidad, pero poco más. De todas formas, y después de las malas críticas, no nos ha parecido tan mala al final, si la llegáis a considerar como esas películas de culto de Serie B que ahora es menospreciada, pero dentro de unos años la gente la volverá a ver en sesiones de cinebasura y se reirá muchísimo, con unos nombres como estos y una premisa tan original, estamos seguros de que en unos años se revalorizará muchísimo. A nosotros nos ha parecido bastante bien, dentro de lo que es, por supuesto (una película mala).

Seguimos con un poco de ciencia ficción y ya con más seriedad y buen hacer. Tides tiene un planteamiento bastante clásico y que ya hemos visto más de una vez, pero es una producción con mucho ojo, bastante calidad y algunos elementos más originales de lo normal, con una ambientación excelente (una Tierra irreconocible, medio inundada, llena de bruma, muy oscura, una población menguada y llena de secretos…) al final puede tener algunos momentos más aburridos, pero en general es una película muy visual y llamativa, nos ha sorprendido sobre todo lo arriesgado de una propuesta así que cuesta tanto hacer (no sólo en dinero, sino en esfuerzo) y que vaya a intentar hacerse un hueco en la historia del cine de ciencia ficción con algo nada comercial.

Otra de las más esperadas del festival: The green knight, en realidad sólo por pura nostalgia y por ser grandes fans del cine de caballerías y de aventuras de los ’80, cuando vimos la película original (que es brutal!), pero en realidad, nada que ver con lo que recordamos; sí que es la misma historia del mismo libro original, pero el enfoque es absolutamente distinto, aquí nos encontramos más con una película de autor, dejando fuera cualquier tipo de acción y aventura y concentrándose en los sentimientos del protagonista; todo a un ritmo muy lento y a veces hasta desesperante (todo a propósito), junto a  una ambientación lúgubre, pero en tonalidades verdes y no oscuras, como suele pasar; nos deja con una película nada comercial, que quizás a los públicos actuales les pueda llegar incluso a disgustar, pero los que como nosotros ya tenían ganas de ver una película pesada y no fácil de ver, quedarán bastante satisfechos.

Y no hay mejor manera de acabar un Festival de Sitges que con Takashi Miike; aunque Yokai guardians sea una propuesta más bien infantil, ya su primera parte nos encantó y nos hizo reír como enanos. Pues en esta segunda no se queda nada corto, con una premisa bastante similar, nos vuelve a sorprender con viejos conocidos, muchos cameos, un  humor exquisito (aunque infantil y un poco tonto), no cae en el error de repetir las mismas bromas y tanto esto, como su argumento general nos cambian bastante por si teníamos en menta la primera parte, no ver demasiada repetición, y en general, con un ritmo rapidísimo y bastante acción, lo que nos ha hecho disfrutar de nuevo, reír muchísimo y acabar el festival con muy buen sabor de boca.

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