Crónicas del Festival de Sitges 2018: Décimo día

Festival Sitges

Paso a paso ya nos hemos plantado en el último día del Festival de Sitges de este año, con gran pena porque haya terminado ya, pero con gran ilusión porque el sábado fue un día completísimo en todos los sentidos, tanto en cine asiático, como no asiático, como en otros eventos. No sé qué nos pasa, que siempre el último día intentamos aprovechar al máximo, no importa como haya ido el resto del festival, y este año hemos hecho 24 horas en Sitges, casi sin movernos de los cines.

 

Empezamos bien pronto a las 8 de la mañana (por suerte habíamos dormido bien la noche anterior) para ver una película en la única oportunidad que teníamos de asistir, nos interesaba bastante The blood of wolves no sólo por ser de temática yakuza, sino porque nos habían comentado que estaba muy bien, y no es para menos, la película recupera todo el espíritu del cine japonés de mafias de los ’80, no sólo con la imagen, sino también con el tema, las actuaciones, etc. si os gusta el género, se convierte en una cinta muy recomendada.

 

Festival de Sitges
Concierto de John Carpenter

Y nos vamos corriendo a ver Kasane, que también venía recomendada, pero en esta sí que nos hemos quedado un poco a cuadros; la película no está mal del todo, el argumento es muy original (aunque nos recuerde bastante a Perfect blue en argumento y en muchas otras cosas), la imagen es bastante correcta, consiguiendo un buen impacto psicológico, pero toda ella en sí se ve muy destinada a un público juvenil, intentando suavizar todo y con algunos fallos bastante gordos. No nos convence del todo, incluso nos llega a aburrir en algunos momentos, pero también hay otros en los que parece una gran película, muy irregular en general.

 

Nada más salir y para no tener tiempo muerto entre películas, nos complace mucho poder revisionar por enésima vez Totoro en pantalla grande, no comentaremos nada de la película, supongo que todos la habréis visto ya, pero es un gran acierto que Sitges se disponga a proyectar clásicos como este que gustan a todo el mundo.

 

Ya por la tarde, estamos en el que creemos que ha sido el evento cumbre del festival, algo que como mínimo ha sido original y ha supuesto un gran cambio respecto a anteriores ediciones, y que creemos que ha gustado (o al menos ilusionado) a todos los fans, que no han dudado ni un momento en dejarse el dinero para poder presenciar al maestro John Carpenter en concierto (en la que seguramente será la última oportunidad de hacerlo en nuestro país); el concierto en sí, la verdad es que ha sido un poco corto y él no hacía mucha cosa, se limitaba a moverse ligeramente y añadir algunos sonidos secundarios de sintetizador mientras la banda de verdad tocaban por detrás; pero entre las imágenes de las películas que iban pasando por detrás mientras sonaba su banda sonora y todo el fandom con estas películas, al menos para nosotros ha sido un gran acierto y no nos arrepentimos de haberlo visto.

 

Ya por la noche nos dirigimos hacia el Prado a hacer nuestra última supermaratón de cine chorra, con pena por no haber podido ver Illang the wolf brigade (aunque también es cierto que dentro de poco la tendremos en Netflix), pero dispuestos a disfrutar un poco.

 

La primera película es An evening with Beverly Luff Linn, una apuesta arriesgada, ya que se trata de un tipo de humor absurdo muy especial, bastante inspirado en los Monty Python, muy parecida a la anterior película del director: The greasy strangler, en esta ocasión le ha puesto algo más de dedicación en la historia y la dirección, pero sigue siendo igual de estúpida; sólo para fans de este tipo de humor.

 

Y la maratón de media noche nos propone alguna cosa interesante como:

Girls with balls, un slasher con un grupo de jugadoras de volleyball que, incluso siendo una película bastante patética, nos hará reír un rato bueno.

Open 24 hours, con una premisa muy buena de lo que habría sido una genial precuela, pero ésta película acaba siendo igual que cualquier otra, incluso aburrida en algunos momentos.

Future world es la propuesta de James Franco a intentar hacer algo parecido a Mad Max, contando con algunas grandes estrellas como Milla Jovovich, Lucy Liu o él mismo haciendo de malote; bastante bien en general, pero nos deja con una sensación de no estar completa o no ser suficientemente épica como para recordarla.

Y acabamos la noche como podemos con Puppet master: the littlest reich, un reboot de la famosa saga lleno de incorrección política, sangre por doquier y mucha diversión, perfecta para dar por terminado el festival.

 

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