Hoy no os reseñaremos ninguna película, pero como sabemos que os gusta tanto o casi igual que a nosotros el género wuxia, hemos pensado que queríamos daros a conocer la vida y milagros de alguien que ha hecho mucho, no sólo por este género, sino por el cine de Hong Kong en general. Seguro que conocéis a Tsui Hark, y si no, cuando leáis en qué películas ha intervenido, seguro que ya sabréis de quien estamos hablando o exclamaréis que cómo podíais haber estado tanto tiempo sin saber de él, pero conociendo bien su obra. Tsui Hark ha sido uno de los nombres más importantes en el cine de Hong Kong desde los años ’80 hasta casi la actualidad. Y sabemos que el wuxia es mucho más antiguo y que la Shaw Bros fue la verdadera impulsora del movimiento, pero para nosotros Tsui siempre será el padre del género, no cómo el inventor, ni el máximo impulsor, pero sí como una de las personas que más ha intervenido en películas de este tipo y cómo un reinventor del género que aplicó sus propias normas y lo transformó en lo que conocemos ahora.

 

Para saber un poco de dónde viene Tsui Hark y su inspiración, primero os contaremos un poco de su vida personal y de su infancia. Aunque Tsui nació en Vietnam, pero estudió en un colegio Chino-Vietnamita y fue allí dónde cogió una mezcla de las dos culturas, de sus estudios se interesó sobretodo por la historia y la literatura y eso fue lo que le condujo a conocer, interpretar e incluso inventar muchas historias fantásticas, pero basadas o recordando a momentos de la historia de China, una buena combinación con mucho potencial para cualquier tipo de arte. Ya en esa época le encantaba dibujar cómics e incluso se inició con alguna pequeña película casera que hizo con sus amigos. Después de cursar sus estudios secundarios en Hong Kong, los superiores los hizo en USA, y allí se fue a Hollywood para aprender todo lo referente al mundo del cine, volviendo a Hong Kong más adelante con un conocimiento de técnicas y de métodos de actuación que en su país no se estilaba mucho, pero que era realmente efectivo. Así Hark cuando empezó a hacer cine profesionalmente ya tenía bagaje en muchos campos que no tenían sus colegas, tanto en narrar buenas y originales historias, como en culturas extranjeras, como en una forma de hacer cine completamente distinta.

 

Tsui Hark empezó con algunas películas de bajo presupuesto, más bien bizarras, pero con muy buenas ideas, de distintos géneros y cada una de ellas con algo que la hacía especial, en esa época hizo The butterfly murderers (su primer wuxia), Hell has no gates (terror caníbal) o Dangerous encounters of the first kind (un thriller muy salvaje); estas películas hicieron que pudiera empezar a probar todo lo que quería del mundo del cine y fueron lo suficientemente controvertidas como para que su nombre empezara a oírse en Hong Kong. A principios de los ’80 empezó a dirigir para grandes productoras, entre ellas la Golden Harvest, con la cual hizo una de sus mejores obras: Zu warriors of the magic mountain, en la que aportó todo lo que sabía y técnicas y personal de Hollywood para su primer y más famoso wuxia; tanto fue el éxito de esta época, que pudo crear su propia productora: Film Workshop, con la que pretendía ayudar a cineastas como él con nuevas ideas y formas de hacer cine, cosa que las productoras de esa época se cerraban más a las innovaciones. Gracias a esto conoció a algunos de sus mejores colegas y amigos, gente como John Woo, King Hu o Ching Tsiu-Tung (Tony Ching) con los que compartía ideas y de los que estaba muy convencido que podrían cambiar el mundo del cine de Hong Kong con sus películas, así que empezó a producirlos y promocionarlos (intentando siempre dejar su propia huella en las películas, pero dejando máxima libertad a los directores); y de allí salieron algunas películas que ya han hecho historia como A better tomorrow, The killer, Una historia China de fantasmas o Swordsman. También se atrevió a filmar sus propias películas por todo lo alto, por ejemplo con toda la saga de Érase una vez en China, Green snake o sus personales versiones de clásicos como New dragon gate inn, The blade (One armed swordsman). Ya en la actualidad, Tsui ha pensado que el futuro está en el digital y ha optado por cambiar todos los efectos clásicos que usaba por CGI, copiando un poco el nuevo modo de hacer de Hollywood y dando más importancia a la espectacularidad y la fantasía de sus películas dejando un poco de lado las buenas historias que sabía hacer, incluso olvidando el guión y haciendo remakes de sus propias películas como Zu warriors, Flying swords of Dragon gate; intentando resucitar el wuxia sin el éxito que se esperaba con Detective Dee, incluso probando y dejando inacabados grandes proyectos como Seven swords, que iba a ser una saga de séis películas, con cómics, serie de televisión, juegos, etc. y se quedó en casi nada.

 

Aunque en la actualidad ya no sea ni por asomo lo mismo que había sido en el pasado y aunque creamos que se ha ido por el mal camino en vez de continuar haciendo lo que mejor se le daba; hemos querido hacerle este homenaje porque fue él con quien empezamos a ver wuxia, casi con el que empezamos a ver cine asiático y quien creemos que se aventuró a crear un nuevo tipo de cine en Hong Kong, basado en los clásicos, pero aportando su toque personal con personajes divertidos, situaciones muy curiosas, historias sencillas pero muy atrayentes, introduciendo leyendas chinas y personajes históricos y sobretodo haciendo del puro espectáculo su forma de ver la vida.

 

Como siempre, nos gustaría acabar con un top 5 de sus películas, no las dirigidas por él, sino en las que ha intervenido, ya que su labor ha sido mucho mayor como promotor de cine de género que como director:

 

• Zu warriors of the magic mountain: uno de los mejores wuxias que se ha hecho nunca, una de nuestras películas favoritas de todos los tiempos.

• Una historia china de fantasmas: quizás nuestra primera película asiática (fuera de Godzillas y similares), sobretodo una manera perfecta de contar una historia bastante vista.

• A better tomorrow: su contribución al Heroic bloodsheet, produciendo una de las mejores películas de John Woo.

• Swordsman: otro wuxia en su estilo, con una historia simple, pero un desarrollo y una manera de contarla muy completa y entretenida.

• New dragon gate inn: aunque sea sólo un remake, es uno de esos pocos casos en los que consigue superar al original, y eso es muy difícil.