Detroit Metal City, el heavy metal más descontrolado

Detroit Metal City

Seguimos repasando los live actions más bizarros y divertidos que hemos encontrado, y hoy lo hacemos con Detroit Metal City, la adaptación del manga del mismo nombre, toda una comedia juvenil musical y con un estilo muy japonés. La verdad es que en su mayoría nos ha parecido una película bastante estúpida (mucho más siendo, como somos grandes fans del heavy metal), pero precisamente por eso nos hemos muerto de risa viéndola; la verdad es que es bastante loco, pero nos consta que el manga lo es infinitamente más, así que seguro que le echaremos un vistazo después de ver esta película.

Detroit Metal City
Situaciones muy absurdas

Es la historia de un chico de pueblo que, fascinado por el glamour de las estrellas de pop japonés más pastelosas y románticas, viaja a Tokyo a estudiar e intentar abrirse camino en la industria musical. Después de terminar los estudios, muy lejos de sus intenciones de convertirse en estrella pop, acaba como líder de una banda de Death Metal (bueno, así es como lo llaman en la película) y triunfando más que cualquier conocido, pero eso no es lo que quiere y oculta su identidad debajo del disfraz y el maquillaje del cantante de DMC para después vivir de forma modesta y cantar sus canciones románticas en cualquier esquina de la ciudad aunque nadie le preste atención. A su desesperación por no estar haciendo lo que quiere, se suma una manager muy sádica que trata al grupo como perros para conseguir sus propios objetivos, un amor de instituto reencontrado y a quien sólo le gusta lo más fashion y ñoño, un productor de moda que lo rechaza inmediatamente y los líos de personalidad que se le forman por ir jugando con dos caracteres. Pero incluso con todos estos problemas, empezará a retar a todas las bandas de Japón y a convertirse en el grupo más aclamado (gracias a sus cuatro fans hiper radicales) e incluso a batirse en duelo contra el mayor cantante de death metal de la historia.

La verdad es que por mucho que nos hayamos reído, nos ha fastidiado un poco la imagen que tienen los japoneses del metal, en primer lugar al llamarle death metal y no tener nada que ver con esto, sino ser una mezcla entre heavy metal, glam metal y algo de black metal; también por todos los estereotipos (los heavys sólo piensan en muerte, sangre, violaciones, destrucción, infierno, demonios…), pero la verdad es que nos ha hecho gracia la manera tan exagerada en que lo presentan, y mucho más viendo que se burlan todavía más del pop romántico japonés; incluso nos acaba de convencer con su homenaje a Kiss (por las pinturas y el traje) y el cameo final de Genne Simons.

A parte de eso, debemos decir que la imagen de la película es completamente la de un anime, no sólo por los disfraces y algunas escenas muy de comic, sino sobre todo por esas actuaciones tan exageradas y esas reacciones de dibujo animado que sólo los japoneses saben hacer y que hacen que la película sea completamente fantástica. También el ritmo en general es muy bueno, suponemos que por querer adaptar una serie completa en una película, aquí no se pueden andar con rodeos y van directo a lo que interesa, que es la historia principal y los conciertos con sus canciones especialmente creadas para la película; incluso así, no nos pasa como en otras películas del estilo, que se intenta condensar tanta información en poco tiempo, que te supera y acabas perdiéndote y sin saber de qué hablan, como la historia en realidad es muy simple, eso nunca ocurre.

Detroit Metal City
A tope de conciertos heavys

El humor en toda la película se basa, además de en las malas actuaciones de sus protagonistas, en la dualidad del protagonista, no solo en sus pensamientos (que va narrando con una voz en off), sino en algunas situaciones que le ocurren que llegan a ser muy absurdas y en todos los personajes que lo rodean, cada uno con una personalidad muy estereotipada; así que no tenemos gran variedad en este aspecto y todo está muy enfocado al público más joven, la mayoría de bromas son bastante simples, pero igualmente, sólo que te guste mínimamente el típico humor japonés, no puedes dejar de reír.

Con un protagonista como Kenichi Matsuyama (Death note, Gantz) que hace excelentemente su papel de pringado amanerado, pero que quizás le falta un poco para llegar a cumplir con el de heavy, pero ya queda suplido por otros personajes como los fans o la manager.

En definitiva, una película bastante simple en general, pero también muy original y divertida, con algún número musical muy acertado. Si os va el humor japonés absurdo, esta es una de las que no tenéis que dejar escapar.

  • Lo mejor de la película:

Los conciertos y la visión tan exagerada del heavy metal que tienen los japoneses.

  • Lo peor de la película:

En realidad no es tan loca como nos podríamos pensar antes de verla (o cómo debe serlo el manga).

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