Hanzo the Razor: Sword of justice, empieza un clásico

Hanzo the razor: Sword of justice

Esta semana queremos cambiar un poco de rumbo y empezar con las reseñas de grandes clásicos de cine asiático extremo, no le haremos una sección propia en el blog, pero intentaremos ir comentando algunos regularmente. Hoy empezamos con un imprescindible: Hanzo the Razor y la primera parte de la saga cinematográfica que se hizo de este personaje: Sword of justice. La trilogía es un chambara ambientado en la era Edo, pero estilísticamente tiene más de serie policial que de película de samurais al uso, y ya veréis porque os lo digo… De todas formas, de lo que no hay duda es de que marcó un antes y un después en el cine extremo japonés.

Hanzo the razor: Sword of justice
Un personaje único

Hanzo es un policía/samurai muy eficiente, dedicado en cuerpo y alma a su trabajo de atrapar a los criminales, pero no conforme con la manera cómo se hacen las cosas en el cuerpo; él denuncia los sobornos, favores y tratos especiales que reciben los otros policías y por eso no es muy bien viso entre sus superiores, aunque consiga cerrar todos los casos que le asignen. En esta primera parte, después de no querer jurar su cargo con sangre por convicción personal, se adueña del caso de un villano que se suponía que habían desterrado de la capital, pero que sigue estando allí haciendo fechorías, así que interroga a todas las personas que podían tener relación con él, llegando a encontrar a una expareja que le dice (después de una fuerte tortura) que en verdad no fue desterrado, sino que todo fue un complot organizado por las altas esferas del castillo y chantajeando a la policía para que nadie se enterara. Después de ver a gente importante, sin ninguna clase de decoro, con engaños e incluso torturas, consigue llegar hasta el fondo del asunto y descubre una conspiración mucho más grande de lo que pensaba, pero de la cual no podrá denunciar por estar implicada gente demasiado poderosa.

Contado así parece una historia normal, sin demasiado artificio; aquí la gracia del asunto no es la historia en sí, sino el personaje que se ha creado que, por cierto, fue sacado de una serie de comics bastante violenta. Hanzo de Razor es el perfecto anti héroe violento y súper duro, un poco la versión nipona de personajes que triunfaron como Harry el Sucio, pero adaptándolo a sus tradiciones y llevando a este personaje hasta el extremo en todos los sentidos, sobre todo en el sentido más violento y sexual (o katanas y colegialas, como nos gusta decirlo a nosotros).

Hanzo the razor: Sword of justice
Dinero y mujeres: la imagen de la corrupción

Y cuando decimos que es un antihéroe y un personaje muy extremo, no lo decimos porque sí, además de su actitud de desprecio hacia el sistema, sus superiores y todo lo que representa la gente bien, queriendo ayudar siempre a los pobres y necesitados y argumentando que la justicia debe ser igual para todos, hay algunas escenas realmente extremas, como cuando él mismo se auto tortura para poder mantener la cabeza fría y los ideales en alto, o las torturas a mujeres, que siempre son en forma sexual (no hay mujer que se resista a contar toda la verdad después de ser penetrada por él), los cutre ayudantes que tiene, dos presidiarios rehabilitados que lo siguen a todas partes o su casa que más bien parece una armería, con trampas y compartimentos ocultos para katanas por todas partes, por si a alguien le da por atacarle.

La película se completa muy bien con algunas escenas de sexo (lo que llamamos torturas sexuales, en verdad son escenas de cama con bondage, posiciones raras, etc.) y un par de escenas de lucha a katana, quizás no muy bien coreografiadas, pero bastante efectistas a nivel de sangre y gore. De todos modos, estamos hablando de 4 escenas en toda la película, aquí se pasarán más de la mitad del metraje hablando para que nadie se pierda en el caso y en toda la gente que va apareciendo, y la otra mitad al principio para presentar bien a Hanzo, que sepamos porqué hace lo que hace y que después no nos sorprendamos demasiado con sus acciones.

Y como os decíamos, por muy chambara que sea, todo en esta película hace que parezca una serie policial de los ’70 (típicas en USA, pero también en Japón), desde su música psicodélica, pasando por la estructura de película de investigación fácil, como las pintas de los samuráis con patillas, los desnudos gratuitos, etc. todo muy a la moda de lo que se hacía en esa época.

Y por supuesto, con un actorazo como Shintaro Katsu, bueno en realidad no muy bueno como actor, sino con esas actuaciones japonesas tan exageradas, pero muy carismático e ideal para este papel.

En definitiva, una de las películas japonesas extremas que hicieron las delicias de todos los hombres en los ’70; vista hoy, muy machista, políticamente incorrecta y todo lo que queráis, pero precisamente por eso nos gusta.

  • Lo mejor de la película:

Nunca habíamos visto un personaje como este.

  • Lo peor de la película:

Quizás muy pocas partes extremas y demasiada cháchara.

https://www.youtube.com/watch?v=Ztgs2XK2I7Y

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