Hell dogs: en la casa de bambú, vuelve el cine de yakuzas

Hell dogs

Esta semana vamos con algo de Netflix, porque sí, porque es novedad y nos ha gustado lo suficiente como para contároslo aquí. Se trata de una película japonesa sobre yakuzas llamada Hell dogs: en la casa de bambú. La verdad es que últimamente no nos llega mucho cine de yakuzas, al menos en su concepción original, sí que llegan películas más gore, con zombies, con chicas, de humor, etc. como reinventando le género o aplicando la temática a otros géneros; así que, como nos es difícil ver películas de yakuzas dedicadas a las tramas de guerras de bandas, traiciones, etc. como las de toda la vida, cualquier película que tenga un poco el estilo del género de los ’90 es muy bien recibida, tal y como pasó hace poco con The blood of wolves, por ejemplo.

Hell dogs
Camaradería al límite

Es la historia de un policía que casi presencia un asesinato múltiple en un supermercado de conveniencia, dónde trabajaba la chica que le gusta; después de quedar muy afectado por el tema, deja el cuerpo y se dedica unos años a vengarse de los criminales que hicieron ese acto. Una vez cumplida su venganza, la policía lo vuelve a coger, pero no para castigarlo, sino para obligarlo a introducirse en una banda yakuza, en la que deberá hacerse amigo del más loco de los soldados para ir subiendo puestos e informar a la policía de todo lo que pasa, además de realizar algunas misiones que le vayan encomendando. Una vez dentro, junto con su nuevo aliado yakuza, se acaban convirtiendo en los dos mejores asesinos de la banda, hasta llegar a ocupar el cargo de guardaespaldas del capo principal; lo que al policía le va muy bien, porque así tiene acceso a la más alta esfera. Con esto se meterá de lleno en la guerra entre distintas facciones de la banda, se posicionará y seguirá subiendo escalones; y es entonces cuando se juntarán las dudas sobre su origen con el encargo de acabar definitivamente con el líder de la banda.

A decir verdad, nos ha gustado la película, nos ha entretenido bastante y nos aporta bastantes sorpresas; pero en realidad debe ser sólo por pura nostalgia de volver a ver una película de yakuzas con un concepto bien clásico, porque analizándola un poco más tarde, tampoco nos ha parecido de las mejores películas de género que hemos visto, sino una más que será olvidada con el tiempo.

Hell dogs
Acción y tiroteos

El guion, en general, es muy bueno, y la película tiene un ritmo perfecto, con mucha acción, pero sin dejar de lado el tener intrigas más políticas y de camaradería; toda ella se deja ver perfectamente, en ningún momento nos llegamos a aburrir (bueno, quizás cuando nos cuentan el traume del policía por enésima vez…). Nos ha sorprendido que la historia en general es muy de género de los ’90, con todos sus giros, sus personajes, sus traiciones, sus peleas… incluso podría haber prescindido del tema del policía infiltrado y la historia hubiera seguido funcionando perfectamente, con sus tramas mafiosas internas; en esta parte convence a cualquiera. Además de una muy buena historia clásica, digna de cualquier película de los ’90, aquí se va un poco más allá y se crean unos personajes bastante carismáticos, no sólo sus protagonistas, sino también los villanos e incluso la mayoría de secundarios de la película; con esto se ha intentado ofrecer un plus que no tienen la mayoría de películas de este género, en las que cada personaje tiene su carácter, pero no una imagen destacada.

El único problema que hemos visto en esta película es que la hemos encontrado bastante light, es decir, hay violencia implícita, se entienden y se imaginan muchos momentos violentos, además de los lenguajes, caracteres, posturas, etc., pero en pantalla todo es muy blanco; a pesar de contar con unas pocas escenas de acción muy bien repartidas por todo el metraje, tampoco nos ha sorprendido nada su nivel de salvajismo o de sangre; cosas muy definitorias de la yakuza en el cine y en general. Suponemos que, al ser una distribución por Netflix, y quizás orientada a todos los públicos, tiene que estar un poco contenida, o quizás son los nuevos tiempos, que son más correctos, no como en las películas de los ’90.

De todos modos, también nos han convencido sus dos actores principales Junichi Okada (The fable, It comes) y Kentarô Sakaguchi, con dos papeles muy distintos, pero con un buen curro detrás los dos.

En definitiva, una película muy decente de yakuzas, lo que, hoy en día es todo un acierto, ya que no solemos ver películas actuales de este género; con sus más y sus menos, pero en general, muy disfrutable.

  • Lo mejor de la película:

Un guion muy bien pensado e hilado.

  • Lo peor de la película:

Alguna escena un poco repetitiva.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *