Este año en el Festival de Cine de Sitges, nuestra sección favorita desde hace mucho tiempo (y una de las razones por las que empezamos este blog): Asian Madness, ha sido un poco descafeinada, como siempre últimamente. Entre otras películas japonesas, hemos visto Kappei un live action que parte de una idea bastante loca, y la verdad es que ésta es la que más disfrutamos de la maratón, y seguramente la único que reseñaremos en condiciones. La película corre a manos de una persona que se encuentra detrás de algunas de las películas que más nos han gustado del cine extremo japonés contemporáneo, así que ya empezamos a verla con buenos ojos.

La historia empieza con un monje que cree que el fin del mundo está al caer, dejando un mundo postapocalíptico lleno de peleas, desnudos parciales, violaciones, etc. (es decir, como la mitad de las películas post apocalípticas de los ’80). Por eso recoge a un grupo de niños y los empieza a formar con férreas disciplinas tanto de enseñanza, como de entrenamiento marcial, creando unos personajes lo más puros y fuertes posibles para encararse al nuevo mundo. Pero al cabo de un tiempo, se da cuenta de que no sucede nada extraordinario y que quizás estaba equivocado. Uno de los niños, ya crecido y hecho todo un hombre (en cuerpo, pero no en mente), sale de su cautiverio y se dispone a descubrir el mundo exterior e interaccionar con él, dirigiéndose a Tokyo. Allí intentará encontrar super villanos para enfrentarse con ellos, pero lo único que conocerá serán a un grupo de universitarios modernos, entre ellos una chica que le gusta; intentará integrarse, pero será difícil dada su formación y debido a la aparición de otros de su clase que irán desafiándole y uniéndose a él en contra de amenazas inexistentes.

El punto de partida es genial, no podía ser más original, y toda la primera parte de la película con los entrenamientos, incluso la salida a la sociedad actual es desternillante; aquí nos daremos cuenta de que toda la película trata sólo de un tipo gigantón, pero muy ridículo (sólo hay que ver sus ropas), que intenta ser un héroe, pero no tiene motivos para ello y no encaja de ninguna manera con la sociedad actual.

El personaje en sí es toda una risa, y no sólo el protagonista, cada uno de los chicos que aparece es más ridículo y desternillante que el anterior, nos encontramos con un grupo de héroes que acabarán luchando sólo por ligar con una chica y sin saber muy bien cómo.

El desarrollo de la película es algo irregular, aunque tiene un buen ritmo (es una película de humor, pero llena de acción y sin detenerse ni un momento, nada de las típicas películas antiguas japonesas, mucho más en el estilo de los live actions de Takashi Miike, que debe haber sido toda una inspiración para el director); pero como pasa con muchos live actions, con una historia tan buena como ésta, no se dedicana  hacer una adaptación que pueda funcionar en el cine, sino que tan sólo van copiando los mejores momentos y personajes del cómic para gozo de todos los fans del manga. Así, nos queda una película que, en general, es muy episódica, olvidando rápidamente la trama principal y enfocándose en pequeñas subtramas una detrás de la otra como si fuera una serie en lugar de una película; a esto le sumamos que se opta más por una sucesión de gags de humor que por una historia que sea divertida en sí, y nos queda una película algo irregular en su conjunto.

Pero no por eso estamos diciendo que sea una mala opción, la verdad es que nos reímos mucho viéndola, como pura diversión no tiene desperdicio, es una de esas típicas películas con actores sobreactuando y chillando por todo, mucho humor físico y esas tonterías casi infantiles que tanto hacen reír a los japoneses. Si os gusta este tipo de humor simple y absurdo, creemos que podéis disfrutar mucho con ella.

Con un director principiante como Takashi Hirano, que no había dirigido nada hasta ahora, pero había hecho de productor en grandes películas como Dororo, Zebraman, Jojo’s bizarre adventure… y esto le ha dado experiencia suficiente para crear una locura como ésta.

En definitiva, no es una película que pasará a la historia, ni es muy buena en global, ni sale de un manga muy conocido, ni tiene nada espectacular; pero la hemos encontrado muy original y muy divertida, perfecta para una tarde de tontería.

• Lo mejor de la película:

La presentación de cada uno de los personajes.

El final inesperado.

• Lo peor de la película:

Un gran actor como Hideaiki Ito un poco desperdiciado aquí.