Let it ghost, los fantasmas de Hong Kong

Let it ghost

Una de las pocas películas de Hong Kong que se han destacado este año en el Festival de Cinema de Sitges ha sido una pretendida película de terror llamada Let it ghost que, en realidad para nosotros no es una película completa, como cualquier largometraje antológico formado por diferentes historias. Let it ghost son tres historias dirigidas por el mismo director y con una misma intencionalidad, que os contamos más adelante. Para muchos será algo sin sentido ni interés, pero al menos hay una lógica detrás.

Let it ghost
Muy típica de Hong Kong

La primera historia es la de un actor muy popular en Hong Kong por una serie sobre El detective encarcelado; todo el mundo le conoce, pero él pasa bastante y, una noche, conduciendo borracho, atropella sin querer a una chica. Disimula como si no lo hubiera visto y sigue su camino hasta el rodaje, pero se lleva una gran sorpresa al ver que la chica que atropelló es la actriz secundaria de ese episodio, aún más cuando ella ha venido al rodaje (en forma de fantasma, que es lo que tenía que interpretar) y con ganas de hacerlo muy bien. Todo el equipo acaba decidiendo rodar el episodio con ella y se van llevando sustos a la vez que pueden hacer muchas cosas que no hubieran podido con una humana.

La segunda historia trata sobre un pobre conductor de taxis de Hong Kong que quiere impresionar su novia (a quien le gustaría estar con alguien con dinero y que la cuidara más); para ello descubre una especie de hotel para fiestas de jóvenes de muy buen precio en una zona chunga de la ciudad. Cuando lleva allí ha su novia, sin querer desatan a un fantasma sexual que había encerrado en un armario; el fantasma posee el cuerpo de la novia y le hace el amor a todas horas y con una pasión desmedida. Pero el taxista acaba agotado y sabiendo que no es ella, sino un fantasma, por lo que acude a su amigo taoísta para que le ayude.

La tercera historia es la de un centro comercial en decadencia, en el pasado había mucha gente, pero también algunos fantasmas rondando, entre ellos el de una niña muy traviesa y ávida de caramelos, que siempre ayudaba a los tenderos y con la cual jugaba mucho la hija de una tendera. Ahora, esta hija tiene una de las tres tiendas que siguen en pie; pero hay una gente que quiere desalojarlos para tirar abajo el centro comercial y convertirlo en otra cosa. La niña fantasma les ayudará a luchar contra el capitalismo.

Let it ghost
Historias divertidas

Aunque sean dirigidos por el mismo director, los tres fragmentos son bastante desiguales, con un primero bastante divertido en general, con unos personajes muy estúpidos y graciosos y unas situaciones disparatadas; el segundo es un poco más flojo en su desarrollo, pero tiene sus momentillos sensuales y un final de pelea taoísta entre el monje y el fantasma; el tercero es el más aburrido de todos, tira un poco de drama, pero no le pega nada al resto de la película.

Las tres  historias tiene algo en común, y es que nos han recordado mucho a las películas de humor de fantasmas de Hong Kong de los años ’80, con esas tramas estúpidas y humorísticas, con sus monjes taoístas para combatir a los fantasmas, con ese humor tan simple, físico y picante, con esos efectos especiales cutres para partirse de risa… pero sólo eso, las historia intentan ser parecidas, incluso los títulos de intro son muy ochenteros, pero esa magia, esa incorrección política y esa novedad que nos proporcionaban las películas antiguas se pierde aquí, intentando hacer algo un poco más actualizado y más acorde a la época actual, lo que no cuadra de ninguna manera y pierde toda la gracia de este tipo de cine, y es que: si una cosa ha funcionado en un momento y un lugar, no significa que se pueda extrapolar a otro momento y lugar diferente y vaya a funcionar igual de bien. Eso, sumado a un estilo de dirección bastante deficiente y unas historias que van claramente de más a menos, dejándote con un mal sabor de boca final, hacen que la película no se haya disfrutado como se debe.

En definitiva, una película bastante prescindible, ni muy bien dirigida, ni por supuesto que de nada de miedo; pero sí que es verdad que intenta ser un homenaje a un género bastante olvidado (los fantasmas honkongueses de los ’80) y que tiene algunos momentos bastante divertidos.

  • Lo mejor de la película:

La primera historia, al menos es divertida

  • Lo peor de la película:

La tercera historia, nada que ver con las otras dos, nos rompió la película por completo.

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