Love on delivery, el primer trabajo real de Stephen Chow

Love on delivery

Para acabar con nuestro repaso de las películas más significativas de Stephen Chow (aunque nos faltarán las de la saga God of gamblers), hoy veremos una de las primeras en las que además de actor ejerció también de director y en las que tenía el completo control creativo de la cinta: Love on delivery, la verdad es que como siempre es una película de humor al más puro estilo de Hong Kong, pero en esta ocasión la película va mucho más allá, por un lado introduciendo kung fu (aunque sea de manera muy tonta) y por otro lado porque consideramos que es una película bastante completa, no sólo como comedia, sino porque tiene elementos de muchos géneros, incluyendo el de superhéroes, romance o deportes, así que damos un paso adelante y llegamos a un momento en la carrera de Stephen Chow que ya no sólo valía por poner esos caretos tan típicos suyos, sino que de verdad demuestra todas sus dotes.

Love on delivery
Un gran superhéroe

En esta ocasión el protagonista es un pringao repartidor de comida sin incentivos en la vida y con un trabajo mediocre en el que tratan de timar a todos los clientes, hasta que tiene un reparto en un gimnasio y allí conoce a la reina del deporte, una karateka de la que todos están enamorados, pero ella prefiere estar sola; para huir de su entrenador, le da un beso al repartidor y le pide una cita, pero él se piensa que es en serio y no una farsa para que la dejen en paz. Al cabo de poco vuelve para tener la cita, pero el entrenador lo deja en ridículo a base de hostias, es entonces cuando decide entrenarse y ganarse el corazón de la chica siendo el más fuerte y siendo capaz de protegerla, pero para eso contrata a otro perdedor que le asegura que es una gran maestro y lo hará invencible. Después de unas tontas clases de artes marciales, pensando que está preparado, salva a la chica de un ataque, por casualidad y vestido con una máscara de Garfield, por lo que su identidad queda oculta, entonces todos los chicos se pondrán la misma máscara para intentar ligársela, pero sólo él convocando una pelea formal podrá demostrar que es el auténtico héroe.

La verdad es que es una película muy completa, con una historia simple pero bien estructurada y narrada, queriendo ser algo a tener en cuenta y no una simple sucesión de chistes, pero la verdad es que sin esos chistes tontos y esa habilidad de Stephen Chow para parecer un tipo humillado hasta el final no sería lo mismo. Nos han flipado mucho también las referencias, siempre presentes en este tipo de películas, pero aquí de una forma mucho más genérica y pensando en un público internacional, como la primera escena copiada de Terminator, el maestro disfrazándose de Ultraman o el simple disfraz de superhéroe con la careta de Garfield por casualidad.

Love on delivery
El mejor entrenador

En cuanto a las escenas de acción, tratándose esencialmente de una comedia, pues tampoco podemos decir que son grandes coreografías, etc. sino que más bien son eso, peleas en tono humorístico, con mucho cable y efecto especial para que quede todo espectacularmente ridículo, y es precisamente por ser tan ridículo que no nos tiene que convencer de su autenticidad y nos reímos sin pensar siquiera en las tonterías que hacen.

Y en cuanto a ritmo, de eso no tenemos ninguna queja, como en el resto de películas de Stephen Chow que hemos podido ver; suponemos que el propio Chow, aprendiendo de los directores a los que había servido hasta el momento, no se dedica tanto a buscar los mejores planos o secuencias, sino a hacer que la historia siga con fluidez y el ritmo no decaiga ni un segundo, intercalando cuantos chistes sean necesarios para que el espectador no se aburra nada.

Así que, según nuestro criterio, y eso que hemos visto una parte muy pequeña de la filmografía de este as del humor chino, este película crea un punto de inflexión muy importante en la carrera de Stephen Chow, entre sus inicios en películas de mafias, su continuación en comedias absurdas y su consolidación en comedias un poco más trabajadas y con escenas de acción; en estos momentos Chow no sólo tenía el favor del público, sino también la experiencia suficiente como para tomar las riendas de su carrera y empezar lo que lo definiría más adelante, el humor de referencias y chistes infantiles en historias simples pero originales y bien narradas, todo ello mezclado con grandes escenas de acción exagerada que se convertirían en la marca de la casa.

En definitiva, una de las mejores películas de Chow, algo contenido sin llegar a los extremos de Shaolin Soccer, pero también con mucha energía, una historia que puede llegar a todos los públicos (un romance no muy ñoño) y un inicio de lo que serían sus ya típicas artes marciales disparatadas.

  • Lo mejor de la película:

Nos morimos de risa con el ridículo entrenamiento recuperando clásicos del cine de artes marciales.

  • Lo peor de la película:

Por poner una pega, podría haber sido mucho más cañera.

https://www.youtube.com/watch?v=XNDBHd6gJ-s

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