The city of violence, cine negro con mucha acción

The city of violence

Otro de los thrillers coreanos de la década de los 2000 que han tenido bastante importancia y que teníamos pendiente de reseñaros ha sido The city of violence, una historia de mafias y amistad, pero sobretodo una película con acción y drama suficiente para haber gustado no sólo al público local, sino haber sido capaz de trascender a otros países.

The city of violence
Las bandas del barrio

Es la historia de cinco amigos íntimos de la infancia, pero ahora, años más tarde sus caminos se han separado y se vuelven a unir por un momento cuando uno de ellos muere asesinado por una banda juvenil. Con el tiempo que ha pasado, cada uno de los amigos tiene su vida y también sus secretos, que harán que sea muy difícil reconciliarse de nuevo y confiar unos con otros; uno de ellos se ha convertido en policía y, sospechando que hay algo más detrás de la muerte de su amigo, dejará el cuerpo durante una semana y volverá a su pueblo natal para investigar qué ha pasado; allí, además de ser atacado varias veces para obligarle a dejar la investigación, acabará aliándose con otro de sus amigos y descubrirá terribles secretos del resto que le harán dudar de ellos, hasta que sepa que uno de ellos está muy implicado con la mafia local y un gran proyecto inmobiliario que afecta a toda la zona donde nacieron y crecieron, así que acabará descubriendo que él está muy metido en el asesinato de su amigo, eso hará que afloren viejos sentimientos y rencores, y la cosa no acabará muy bien para nadie.

Al principio de la película, en toda la primera mitad, además de la presentación de personajes y el evento del asesinato y el funeral que actúan como introductorios de toda la situación que veremos más tarde, tenemos un modelo de narración muy basado en los flashbacks, más que nada para poder conocer la vida anterior de cada uno, la relación entre ellos y todos los sucesos que los han llevado hasta dónde están ahora, pero quizás el ritmo de la película se vea algo afectado por todos estos flashbacks, que rompen una dinámica de cine negro de acción que podría haber sido mucho mejor y quizás se llega a convertir en pesada en algunos momentos.

Pero por otro lado consigue redimirse en la segunda parte de la película, dónde irrumpe la acción y se queda hasta el final, ya sea con escenas de pelea, como con tratos y traiciones muy típicas del cine de mafias, todo muy estilo western, incluso una escena final con la música de western clásico y ilustrando una batalla épica; y sólo por esta parte ya merece la pena ver la película completa, es verdad que sólo hay dos o tres escenas de verdadera acción, pero la última es bastante espectacular, ocupando casi media hora de metraje.

The city of violence
Un final por todo lo alto

Lo que nos ha sorprendido bastante, y más viniendo de un director como éste ha sido que la película rezuma referencias por todas partes, y en ningún momento queda claro si es por simple veneración y homenaje a algunos de los más grandes directores que influyeron en la vida de éste, o sólo por falta de imaginación. Así que tenemos que la idea principal de la película está bastante basada en los heroic bloodshets, sobre todo en las películas de John Woo, con todo el sentimiento que provocan las relaciones entre hombres duros que tienen que luchar juntos contra el sistema, y más específicamente, en la escena final, con los dos protagonistas luchando contra el ejército de la mafia que, por cierto, nos ha parecido bastante igual a la escena del bar de Kill Bill, que a su vez está basada en las viejas películas que combinaban cine de mafias con artes marciales (muy al estilo de la Shaw Bros); también tenemos muchas otras referencias en el resto de la película a diferentes escenas míticas de Jackie Chan, a la clásica película americana The warriors y otros… De todos modos el director ha sabido hacerse suyas todas estas escenas e integrarlas en una buena historia de la que parece que ya hayamos visto la mayor parte, pero que llega a tener un estilo propio.

La única parte que no nos ha convencido de la película han sido las escenas de lucha, quizás porque las estamos comparando con algunas de las mejores películas de Hong Kong (dónde son los mayores expertos del mundo), pero quizás por poca experiencia del director de acción o de los actores nos ha parecido que había buena voluntad y una organización excelente, pero hemos visto la acción algo falsa.

El director de la película es uno de los habituales del cine negro coreano: Ryoo Seung-Wan (Battleship Island, Veteran) en uno de sus primeros trabajos, quizás con menos presupuesto, pero para nosotros mucho más efectivo que los últimos que ha realizado.

En definitiva, una película que combina el cine negro coreano con el cine de acción y peleas (no artes marciales, pero casi) al más puro estilo Heroic blodhseet, con sentimientos a flor de piel, camaradería y traiciones. No es una obra maestra, pero bastante buena para verla una vez como mínimo.

  • Lo mejor de la película:

La historia en sí, aunque no sea muy original. Y la escena final muy bien.

  • Lo peor de la película:

La mayoría de las escenas de acción ya están muy vistas.

https://www.youtube.com/watch?v=_GI-3R1i8Qc

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