Full alert, un thriller intimista de personajes

Full alert

Seguimos como toda esta semana con algunos thrillers de Hong Kong que fueron muy aplaudidos en su momento; Full alert es una película que quizás no ha marcado profundamente el HK noir, pero que se adapta perfectamente a la definición de este movimiento, manteniendo las características principales de los thrillers dirigidos en Hong Kong durante esa época: acción, sentimiento, oscuridad, tensión y sobretodo intentar reflejar el carácter de la ciudad. Quizás no es una de las primeras de este estilo, ni de las más influyentes, ni siquiera de las más recordadas, pero consideramos que es un buen ejercicio cinematográfico con sus partes buenas y algunas malas (no muchas).

Full alert
Perfecto como siempre, Lau Ching-Wan

La película empieza con un robo bastante simple, en el que dos personas entran a robar “algo” a casa de un arquitecto. Ese algo son los mapas de la cámara acorazada de una casa de apuestas y el robo lo habían hecho para una banda que tiene la intención de dar un gran golpe, pero uno de los ladrones es atrapado por la policía junto con su mujer y acaba en la cárcel; el jefe de la banda decide sacarlo de allí para que no confiese quien son sus compañeros, pero el ladrón estará muy bien vigilado por un policía que sospecha lo qué está pasando y se adelanta a la banda. En el momento del intento de recuperar al miembro de la banda, éstos fallan, pero consiguen matar a un policía y escapar, por lo que atraparlos se convierte en algo personal para nuestro protagonista, que acaba perdiendo al ladrón, pero conociendo los planes de la banda y vigilando la casa de apuestas en el día del robo. La banda lo intentará igualmente y el policía tendrá algunos obstáculos que no tenía previstos, pero no desistirá en su intento.

La película tiene un inicio bastante contundente y violento, no sólo con algún asesinato, sino también adentrándose en los callejones y las zonas peligrosas de Hong Kong, todo bastante barriobajero; lo que pasa es que después se desinfla un poco y en vez de tener el típico thriller de acción que muchos estaban buscando, tenemos algo mucho más intimista, pero con una historia completa de policías y ladrones, muy de gato y ratón, buscando siempre al jefe de la banda criminal y sin encontrarlo nunca, después de algunas escenas de acción intercaladas con otras muy reflexivas tanto del protagonista como del antagonista, tenemos un final por todo lo alto, con el atraco en sí y una escena final bastante tensa que ofrece un enfrentamiento muy cercano entre los dos protagonistas de esos en el que sabes seguro que nada puede acabar bien.

Aunque las escenas de acción no sean demasiadas, sí que son bastante efectivas, sin utilizar grandes presupuestos ni hacer un espectáculo sobredimensionado, sino más bien intentando hacerlas más oscuras y verosímiles, ya que la película no se basa en ellas, sino en la psicología de sus protagonistas, un policía y un ladrón que se parecen bastante en cuanto a su forma de ver la vida, los dos bastante cansados de luchar y queriendo disfrutar de su familia y no de sus vidas profesionales, muy afectados por actos de su pasado como haber asesinado a alguien, y esto hace que incluso lleguen a tener conversaciones en las que se ve que, incluso siendo enemigos, quizás son los que mejor se comprenden en el mundo. La historia juega mucho en contar que no importa la condición en la que te ha puesto la vida, sino como la afrontas, y en ese aspecto todos podemos ser iguales.

A diferencia de otros thrillers que conformaron el llamado HK noir, esta película la consideramos algo más personal, en un momento en el que el estilo de dirección estaba cambiando y en el que su director Ringo Lam (City on fire, Prison on fire) ya había hecho muchos heroic bloodsheets e incluso había emprendido un proyecto en Hollywood; con toda su experiencia quiso cambiar y aportar más sentimiento y profundidad a la película, basándola más en el aspecto psicológico, pero sin olvidar que el público de Hong Kong estaba muy acostumbrado a la violencia y la acción.

La película no habría sido lo mismo sin sus dos protagonistas Lau Ching-Wan (Overheard, The White storm) y Francis Ng (Exiled, Two thumbs up), dos de los grandes nombres del cine de Hong Kong que le dan mucha profundidad a sus personajes y con una química perfecta.

En definitiva, un thriller policíaco que mantiene en parte la acción típica del género en Hong Kong, pero en el que ésta no es la parte más importante, sino que intenta profundizar en los sentimientos y la relación de dos tipos enfrentados, pero muy parecidos entre sí.

  • Lo mejor de la película:

La escena final es conmovedora y llena de tensión.

  • Lo peor de la película:

Al principio un poco difícil de aclararse ya que no hay presentaciones de personajes ni situación.

https://www.youtube.com/watch?v=s0O14PfzB68

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