Iron girl: Final wars, el final de una saga sexy y llena de acción

Iron girl: Final wars

Hoy tenemos para todos vosotros una película que estábamos esperando hace un tiempo y que no encontrábamos subtitulada incluso después de unos años de su estreno, pero el otro día por sorpresa encontramos unos subtítulos válidos y por fin pudimos acabar esta saga que nos tenía atrapados. Se trata de la trilogía Iron girl, de la cual ya os contamos sobre las dos primeras entregas y que ahora os reseñaremos la tercera y última película de esta saga japonesa, Iron girl: Final wars. Para los que no leyeran nuestras anteriores reseñas, os diremos que se trata de una serie de películas japonesas que intentan integrar erotismo, acción y algo de ciencia ficción, con unos presupuestos bajos, pero con bastantes ganas y que, aunque cinematográficamente no sean gran cosa, a nosotros han logrado engancharnos.

Iron girl: Final wars
Una protagonista de altura

Por si no recordáis, se trata de una chica muy potente con pérdida de memoria que se encuentra en un futuro distópico lleno de bandidos y de supervivientes; ella ayuda a los supervivientes, y pronto se da cuenta de que tiene unas grandes habilidades para el combate sin saber porque, y así se carga a un gran número de bandidos. En esta tercera entrega, ella ya se encuentra con una facción de rebeldes intentando que la Tierra sea un lugar mejor, pero hay una facción de terroristas que está buscando el arma definitiva para controlar el planeta, y se trata nada más y nada menso que de una joven con capacidades paranormales de explosión y afectación al cerebro humano. Tanto los buenos como los malos se pelean por esta chica, unos para dominarla y otros para salvarla, pero lo mejor de todo es que nuestra protagonista, gracias a este problema, finalmente aprenderá quien es y qué relación tiene tanto con el arma definitiva, como con la banda de terroristas. Por supuesto con una gran lucha final para acabar con los malos (más concretamente contra otra parecida a ella, pero mejorada).

Si en la primera de las películas teníamos un alto contenido erótico que nos hizo engancharnos, pero una acción bastante cutre; en la segunda parte fue al revés, la acción mejoraba, pero se quedaba un poco corta de erotismo. Pues en esta tercera parte, no os vayáis a pensar lo peor, pero tenemos un contenido algo más reducido (que no peor) tanto de acción como de erotismo; y eso es nada más y nada menos que en pos de querer contar una buena historia, querer acabar la saga como se merece a nivel argumental e intentar darle un poco más de calidad a algo que empezó como una cutre película de bajo presupuesto y que fue ganando adeptos y mejorando en todos los aspectos poco a poco.

Iron girl: Final wars
Buena acción de Serie B

La verdad es que a nivel técnico y visual la película ha mejorado bastante respecto a sus predecesoras (ya notamos una buena mejoría en la segunda entrega, pero en ésta es mucho más pronunciada), manteniendo esos escenarios de almacén vacío y esos secundarios que ni siquiera deben ser actores de lo malos que son, pero con una protagonista que cada vez sabe moverse mejor en pantalla (tanto en escenas en las que debe ser sexy, como en las de acción), unos buenos villanos (y aquí incluimos tanto a la antagonista principal con un gran nivel marcial, pero también algún otro secundario como nuestra amada Asami, que ya no pensábamos ver después de la entrega anterior).

Sí que es verdad que el ritmo ha bajado bastante, y n es que fuera una maravilla, ya conocéis o deberíais este tipo de películas japonesas en las que hay un inicio rompedor y un final de traca, pero en las que toda la parte principal tiene un bajón muy importante, a veces tanto que nos quedamos casi dormidos en mitad de una película de acción. Pues aquí volvemos a lo mismo, con una escena inicial completamente espectacular que nos hace pensar que veremos una película muy superior a las otras dos y con un final llenos de acción (toda la parte final de la película es pura lucha, un gran acierto, aunque no sea de primer nivel marcial), pero con demasiada explicación de todo, como ya hemos dicho, al ser la última entrega, el director quiere dejar bien clara la conclusión de la historia y no dejar ningún cabo atado (lo que no es muy necesario para este tipo de películas en las que sólo queremos ver acción y sexo), así que se explaya mucho en la parte más narrativa.

De todos modos, no creemos que la película vaya a defraudar a quien ya sabe lo que se puede encontrar o ya conozca este tipo de cine, sin sexo pero con alguna escena más sensual y con grandes escenas de acción, aunque no sean trepidantes ni conformen la parte más gruesa de la película.

En definitiva, aunque nos seguimos encontrando delante de una de esas películas japonesas cutres y de bajo presupuesto, en las que sólo se busca un público ávido de chicas enseñando carne y luchando con poses sexys; creemos que el equipo (tanto técnico, como sus actores) han mejorado mucho en cada parte de la saga y aquí han intentado (con regulares resultados) hacer una película casi decente.

  • Lo mejor de la película:

Unas buenas escenas de acción, la protagonista ya sabe moverse para aparentar poder y sensualidad a la vez.

  • Lo peor de la película:

Un argumento no complicado, pero sí enrevesado; nadie lo había pedido.

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