Hoy queríamos sorprenderos con otra novedad de cine asiático de acción, una de las últimas películas protagonizadas por Donnie Yen (que siempre es un sello de calidad en todo lo que hace); así que hemos visto The prosecutor sin saber muy bien lo que estábamos a punto de presenciar. Por desgracia, debemos deciros que nos hemos encontrado con la peor película de todas las que hemos visto de este mito de las artes marciales. Así que tampoco alargaremos mucho esta reseña para despotricar un poco sobre la película.

El protagonista es un policía increíble, capaz de detener a cualquier criminal, por muy duro que sea; pero después de cada uno de sus casos, viene el juicio, por el que mucho acaban en libertad sin problemas. Así que decide empezar a trabajar desde el otro lado, deja el cuerpo y se pone a estudiar derecho, para acabar ejerciendo de fiscal del distrito y poder encarcelar a los malos. Su primer caso es el de un chico al que atraparon in fraganti cuando recibía un paquete con drogas; él jura que no sabía nada, sólo había dado su dirección para un intercambio, pero sus abogados defensores le convencen de que se declare culpable y así rebajará su condena. El fiscal, absolutamente en contra del que sería su trabajo, ve que hay algo turbio en el caso y que el chico es inocente, así que casi se pone de su parte, ganándose la desconfianza y el recelo de todos por no hacer bien su trabajo y por ir en contra de las normas del sistema. Al final acaba descubriendo una trama de tráfico de drogas a lo grande, con los abogados y alguna gente influyente implicada, destapando el caso, aunque nen realidad no sea su trabajo y vaya en contra incluso de su jefe.

Si os decidís a ver la película, empieza con una escena de acción completamente increíble, con Donnie Yen luchando contra una banda de maleantes, nos deja flipando y pensando que queremos ver una película de este estilo ya mismo; pero en seguida, el bueno de Donnie se convierte en fiscal y la película deja de estar dentro del género de acción y entra en el género de juicios, y juicios de los malos, porque en realidad es un caso que no tiene mucha chicha y que no produce ningún tipo de interés; en la segunda mitad de la película se desentraña un poco más la trama y tiene un poco más de interés al ver el alcance de las cosas, pero no deja de ser una película de juicios. Sí que es verdad que durante la película hay tres escenas de acción muy buenas (nada más empezar, justo a mitad de película y la última en el mismo final), y son escenas que nos dejan con la boca abierta, pero que no tienen nada que ver con el resto de la película y están un poco metidas con calzador.

Pero no es eso lo que más nos ha fastidiado de la película, suponemos que hay algún tipo de público al que le gustan las películas de abogados y no tenemos nada en contra de ellos, hay gustos para todos; pro todos somos conscientes de que Donnie Yen es un maestro de las artes marciales, pero no es un gran actor, sirve muy bien para personajes planos o divertidos, pero poco más; siempre hace el mismo personaje (aunque no quiera), así que en realidad estamos viendo a IP Man haciendo de abogado… Para que os hagáis una idea, ¿os imagináis una película de juicios interpretada por Stallone o Van Damme? Pues por ahí van los tiros.

En definitiva, no sabemos si está película tendrá un público en China o en algún lugar (de hecho, tiene distribución en USA a través de Well Go, que siempre suele ser un indicativo de peliculón), pero por descontado no es lo que esperamos al ver una película de Donnie Yen, a los fans de Katanas y Colegialas les decimos que huyáis de esta película, es super aburrida.

• Lo mejor de la película:

La primera escena es increíble.

• Lo peor de la película:

Aburrida para quedarse dormido a los 20 minutos.