Bad city, acción japonesa llena de estilo

Bad city

En el reciente Festival de Cine de Sitges hemos podido ver una de las novedades de cine japonés algo menos comercial o que no representa una gran estreno o producción como suele pasar. Bad city es una película de yakuzas, pero sobre todo una de acción con algo de artes marciales. Esta película viene precedida (no en temática, sino en dirección) por otro pequeño descubrimiento del Festival Nits de Cinema Oriental: Hydra, que supuso el debut de su director y que, gracias a su éxito, pudo evolucionar con una película algo mayor como ésta.

Bad city
Un buen protagonista

La historia empieza con un gran hombre de negocios japonés que no tiene muy buena imagen pública en según que ámbitos, pero incluso así, decide presentarse como alcalde de la ciudad, prometiendo borrar todos los indicios de criminalidad de ella (en una ciudad muy insegura y llena de actos mafiosos); lo malo es que detrás de la mayor mafia que domina la ciudad, está justamente el mismo hombre de negocios, pero se encargará de desmentirlo usando un sicario que matará a los altos miembros de la mafia por él. Cuando todo está al límite de la corrupción, la policía decide contratar a un grupo de investigadores/policías/ejecutores que descubran sus vínculos con la mafia y lo puedan detener extraoficialmente; pero para ello necesitarán la ayuda de un líder que será liberado de la prisión, dónde llegó por un crimen que no cometió. Más que investigar, este grupo se encargará de mover sus contactos en los bajos fondos, extorsionar e interrogar a quien sea necesario para acabar descubriendo lo que une al hombre de negocios con el clan yakuza, e incluso con la mafia coreana. Al final, para limpiar la ciudad se tendrá que crear todo un caos de violencia y muertes.

Para los que ya hayáis visto Hydra, la primera película de este director, ya os podéis hacer una idea del estilo de su nueva película, porque son bastante parecidas en cuanto a concepto, ritmo, acción, etc. Para los que no tengáis la idea, os diremos que se trata de una película de acción con un estilo muy japonés, con mucha violencia, pero con un ritmo bastante lento, incluso para las secuencias de acción, que suelen ser más contemplativas de algo bonito y elegante, que no escenas de artes marciales largas y muy elaboradas, para que el espectador con conocimiento del medio se deleite con la pericia de sus actores. No decimos que sea una película aburrida, ni mucho menos, la consideramos claramente como lo que nos gusta: cine extremo, a veces muy desfasada de sangre y violencia extrema; sólo decimos que es algo mucho más serio que en la mayoría de los casos, que intenta ser solemne y de calidad, en vez de buscar el puro espectáculo o entretenimiento; cosa que puede echar para atrás al gran público, pero atraerá a los que busquen algo nuevo y original, siempre dentro de un estilo bastante clásico, no tanto al fan habitual de las típicas películas de acción y desenfreno.

Bad city
No falta la violencia

El guion no es nada del otro mundo, coge partes de aquí y allá de las típicas películas que ya todos hemos visto, mucho del cine de yakuzas y policías de los ’70 y los ’80; la gracia de la película está en el expertise de su director: Kensuke Sonomura, que ya era un experto colaborando en distintas películas de acción, videojuegos y tokusatsus actuales en el departamento de stunts y acción, trabajando con algunos de los grandes directores y actores como John Woo, Shinsuke Sato o Soi Cheng entre otros; eso le ha dado un conocimiento enorme para rodar acción, y aquí la acción es fundamental y muy visual, con artes marciales, pero no al estilo kung fu, sino algo más delicado, pero con mucha sangre y alguna escena muy explícita; pero también le ha dado conocimiento como para estar al frente de una película de gran calibre, y lo va demostrando cogiendo cada vez más presupuesto, más responsabilidad y una mayor profundidad (aunque tampoco estamos hablando de películas de autor).

De lo que más nos ha convencido ha sido su elección de actores, no sólo con Hitoshi Ozawa (Dead or alive), sino con un pequeño papel para el gran Tak Sakaguchi (Versus, Death trance) que ya sabéis que es un sello de calidad en toda película japonesa extrema actual, con sus cuchillos, su coleta y su habilidad para parecer un profesional.

En definitiva, una película de acción con más estilo que acción, con un ritmo bastante lento en general, y con un guion que tampoco tiene mucho o profundiza en nada, pero con un estilo bastante particular e inigualable, de una calidad especial y a veces bastante extrema también.

  • Lo mejor de la película:

Nos ha encantado el estilo del director y la mejora como película global respecto a su trabajo anterior, esperamos que sus películas vayan a más.

  • Lo peor de la película:

SPOILER!!! Que maten a nuestro héroe Tak.

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