Buenas artes marciales en Once upon a time in Shangai

Once upon a time in Shangai

De nuevo nos hemos dejado sorprender por la programación del Festival Nits de Cinema Oriental con una película de artes marciales llamada Once upon a time in Shangai; aunque pueda parecer una película poco conocida o anunciada, cuenta con unos buenos maestros del kung fu y con una producción espectacular, capaz de ser exportada con unos muy buenos resultados, quizás por su toque algo más tradicional y por tratarse de una coproducción entre China y Hong Kong no será así, pero la verdad es que fue una de las películas que gustó más en el festival.

Once upon a time in Shangai
Un protagonista poco carismático

La historia trata sobre un chico de procedencia humilde que viaja a Shangai junto con un amigo para buscarse la vida, porque le han dicho que allí las cosas son mucho mejores; el chico tiene una fuerza brutal y un muy buen estilo de lucha, aunque no le gusta luchar ni hacer daño a nadie, incluso lleva una pulsera que suena al luchar que le regaló su madre para recordarle que no debe pelearse. Cuando llega a Shangai ve que hay mucha pobreza y que la ciudad está controlada por bandas, o más bien por un tipo que está consiguiendo derrotar a todas las bandas (allí el más fuerte es el que reina). El protagonista se hospeda en un albergue de gente sin dinero, pero pronto, gracias a su fuerza, obtiene un trabajo; y más tarde consigue retar al más poderoso de todas las bandas mafiosas, a quien deja contento de encontrar a alguien tan fuerte, éste le ofrece un trabajo, pero él sólo acepta el de camarero, con la condición de que sean amigos y luchen para entrenarse a veces. Pero no todo es tan fácil y el resto de jefes se alían con los soldados japoneses para hacerse con el control de la ciudad; con eso derrotaran al jefe del albergue y al jefe de las bandas, pero el chico se enfrentará a todos ellos en un arrebato de furia.

Quizás la película empieza de una forma un poco tonta y típica, pareciendo más una mala película de humor que una de artes marciales, y la verdad es que conserva un poco ese tono humorístico durante casi toda la acción, pero en los momentos de peleas o de demostraciones de fuerza sabe ponerse seria e incluso tiene algún momento más dramático, con lo que el director ha intentado no hacer sólo una película de artes marciales típica, sino algo más para destacar por encima de otras; sin embargo creemos que no lo ha acabado de conseguir, quizás por tener un protagonista poco carismático, quizás por tener una historia demasiado sencilla o repetida o quizás por no profundizar en nada concreto y dar leves pinceladas de todo lo que cuenta. Lo que sí que estamos seguro que ha conseguido es transportarnos a una época en el que el cine de artes marciales se dedicaba más a ofrecer unas luchas con estilo a través de una historia que a buscar la espectacularidad y los grandes efectos especiales para intentar ser cada vez más grande.

Once upon a time in Shangai
Pero unas peleas excelentes

Además de destacar por unas excelentes luchas coreografiadas por el mítico Yuen Wo-Ping (Fearless, The grandmatser) y de contar con la presencia de algunos de los actores más clásicos del panorama de Hong Kong de kung-fu, como Sammo Hung o Chen Kuan-Tai en papeles pequeños, pero de regocijo para los fans del género; la película apela a nuestros sentimientos nostálgicos con un casi-blanco y negro y unos escenarios exteriores de estudio, que a algunos les podrá parecer un poco desfasado, pero que otros encontraremos de un gran atractivo retro.

El trabajo de dirección no es de lo mejor, con unas peleas muy acertadas, no sólo por las coreografías, sino por la forma de mostrarlas, los planos, la música, etc… pero una ambientación que no acaba de convencer, con unos años ’30 en cuanto a decorados y vestuario, pero unos personajes más bien sacados de los ’90 en cuanto a actitud, expresiones… que no acaban de encajar por ningún lado; aquí Wong Chin-Po (Revenge: a love story, Let’s go!) nos ha demostrado que aunque sabe hacer su trabajo, aun no tiene demasiada experiencia y hay cosas que se le escapan.

Y sus actores principales son Phillip Ng (Treasure Inn, Naked soldier) como joven protagonista  con poco carisma y nada convincente como actor; y Andy On (The viral factor, That demon within) con algo más de experiencia y de carisma, lo suficiente como para compensar a su pareja artística.

En definitiva, una buena película de artes marciales que encantará a todos los nostálgicos del género, con muchos guiños pero también lo suficientemente espectacular y dura para gustar a las nuevas generaciones.

  • Lo mejor de la película:

Ese aire nostálgico en toda la película.

  • Lo peor de la película:

Tener que meter el nacionalismo chino en contra de Japón incluso cuando no pinta nada.

https://www.youtube.com/watch?v=6mctp5g_-_I

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *