Una de las mayores sorpresas este año en cine asiático (en general, sin entrar en ningún género) ha sido sin duda One cut of the dead, una película que nos habla del cine dentro del cine y que, con un mínimo presupuesto, con el que otros serían incapaces de hacer absolutamente nada, aquí no se ha creado nada espectacular, sino que se ha tirado de imaginación y de querer hacer algo que nunca se había visto en cine. Ésta película japonesa se podría considerar como género de zombies, pero si la llegáis a ver, en realidad no tiene tanto en común con éste género. Y después de esta pequeña introducción, sólo queremos deciros una cosa antes de seguir con la reseña, este artículo completo es un gran SPOILER, intentaremos no desvelar nada imprescindible, pero si de verdad queréis disfrutar de la película, os recomendamos que no leáis nada más del artículo a partir de aquí.

El argumento de la película es bien sencillo (que no simple) y trata de una gente que está rodando una película de zombies en un almacén abandonado, cuando realmente irrumpen los zombies en el set de rodaje y el equipo de filmación tendrá que hacer lo posible para escapar de ellos, pero también para acabar el trabajo que están haciendo, incluso llegando a obsesionarse con ello. La película no se ve demasiado bien, muy amateur todo, pero más adelante descubriremos el porqué, y es que justo después de la película veremos las circunstancias que la crearon y una especie de making off (o la misma película, pero detrás de bastidores) dónde nos daremos cuenta de muchas cosas que nos sorprenderán.

Y para no hacer más spoilers no queremos extendernos mucho en esta reseña, tan sólo os diremos que lo mejor de la película es su originalidad, creando un concepto nuevo de metacine en el que lo más importante es lo que no se ve en pantalla y las ganas y la buena voluntad de todos los que trabajan en este mundo y lo hacen por dedicación y entusiasmo y no por dinero. Y no podría ser menos, ya que la película está hecha por una especia de escuela de cine y todos los actores, etc. fueron seleccionados teniendo en cuanta su dedicación y no su popularidad o su habilidad interpretativa.

Además, nos damos cuenta de que en la película aparecen casi todos los roles de la gente que trabaja en el mundo del cine, y todos con unas personalidades muy marcadas, lo que puede ser porque hay unos típicos personajes como estos en cada set de rodaje o porque fueran inspirados en conocidos del guionista. Así que tampoco estamos muy seguros de si realmente el guionista y director de la película es un genio que ha introducido muchos elementos de crítica y esperanza dentro de una propuesta de serie Z, o simplemente ha tenido una vida tan completa que, solo enseñando una parte de sus experiencias ya es todo un espectáculo para los espectadores mortales como nosotros; tendríamos que ver sus anteriores trabajos (casi todo cortos) para saber si es normal en él o una excepción.

Lo que sí que está claro es que con un presupuesto ridículo, la acogida ha sido tan grande que pasó de estrenarse en un pequeño cine de Tokyo a llenar casi 200 salas en poco tiempo, sin necesidad de marketing o publicidad, tan sólo por la aceptación del público (que no ha sido menos en el Festival de Sitges).

Y es que, además de su originalidad, cuenta con una organización espectacular, empezando por un plano secuencia de más de media hora y acabando por una coordinación de eventos que hacen que todo acabe cuadrando perfectamente en la mente del público; y todo eso con sólo unas pocas semanas entre preparación y grabación de la película.

En definitiva, una de las películas del año, sobre todo por su originalidad, pero también por el humor que respira en todo momento y por considerarse una vuelta al género de zombies; aunque realmente no sea así, si os gustan los exponentes clásicos del género, ésta no será vuestra obra, pero si os gusta el cine en general y la pasión que debería haber en este mundo, seguro que disfrutáis.

• Lo mejor de la película:

No os podéis hacer a la idea hasta que no la veáis.

• Lo peor de la película:

Esperar encontrarse otra cosa en un festival de terror.

https://www.youtube.com/watch?v=Du2XfUDfjN0