
Recientemente parece que Netflix está apostando un poco más por el cine asiático, y no es por intentar difundirlo por todo el mundo, sino porque se deben haber dado cuenta del mercado tan grande que hay en el continente (comparable al de Hollywood); la última producción que hemos visto ha sido Pánico en el tren bala (Bullet train explosion), un thriller de catástrofes japonés que resulta ser un remake camuflado en forma de secuela del clásico con Sonny Chiba; aunque hay bastantes diferencias entre las dos películas como para considerarlas parecidas.

La historia es la de un atentado de bomba a uno de los Shinkansen que cruza medio Japón, un grupo terrorista ha puesto una bomba que estallará en cuanto el tren descienda su velocidad por debajo de 100km/h. Al principio sólo lo saben los del centro de control, que hablan con la conductora y los revisores (quienes parece que son el miembro más importante del equipo), pero cuando se sabe, el centro de control empieza a llenarse de gente: cargos del JR, políticos, etc. y todos tiene que decir lo suyo, con un joven e impulsivo consejero del primer ministro liderando la situación quien, cuando los terroristas anuncian la suma de dinero que quieren, y que tiene que salir del bolsillo de todos los ciudadanos de Japón, anuncia que no negociarán con terroristas y sólo intenta reafirmar su situación de poder. Cuando los pasajeros del tren se enteran de la situación, primero entran en pánico, desafiando a los revisores, pero luego, liderados por un influencer, empiezan a recaudar el rescate por internet, pasando de los políticos que ralentiza todo demasiado. Al final, gracias al equipo de técnicos del JR y, sobre todo, gracias a los excelentes revisores del tren, consiguen acoplar otro tren y sacar a casi todos los pasajeros, pero todavía quedarán algunos atrapados que descubrirán quien ha sido el terrorista y sus motivaciones.
Cuando os hemos dicho que la película era una mezcla de remake y secuela, es porque es casi idéntica a la primera versión de los ‘70 (con las actualizaciones necesarias para hacerla en nuestro tiempo), pero con la excusa de que los terroristas están replicando un caso que vieron hace 30 años, e incluso el final de la película tiene algo que ver y que decir con la original.

El problema es que, cuando la película original tenía un estilo muy macro y era una genial mezcla entre cine de catástrofes, policiaco, social y de denuncia y un poco drama, ésta es una película de catástrofes pura, y que este sea un género bastante muerto y al que no se le puede aportar demasiado ya hoy en día no es su principal problema.
La película en sí es bastante entretenida, no podemos decir que sea una mala película; pero es bastante típica y sin personalidad, podríamos decir que igual que la mayoría de las producciones de Netflix; sí que es verdad que tiene un carácter muy japonés, y eso no se lo podemos negar, pero al final acaba siendo la típica película de catástrofes en la que un héroe sólo acaba salvando la situación, y lo peor es que ese héroe es nada más y nada menos que un revisor pureta, con mucha experiencia y mucho amor por su trabajo y por querer salvar a todos sus pasajeros, pero sin ningún tipo de carisma e incluso que acaba siendo un poco repelente y cayéndonos mal. A parte de eso, también tenemos a todos los arquetipos más típicos de Japón, entre ellos, el grupo de estudiantes tontos, los influencers que van a la suya, los políticos que la lían más que ayudar, el tipo escondido porque tiene un pasado oculto… todo conjugado para poder ir llevando el guión hacia dónde interesa, pero sin el menor interés, con una historia que ya conocemos y sin demasiada pasión; eso sí, con un pequeño giro al final que es lo único que le da un poco de personalidad y lo convierte en algo un poco más psicológico e interesante, pero sólo en los últimos minutos.
Y, además de todo esto, no sé si nos ha parecido a nosotros o es así en realidad, la película parece mucho más un anuncio de Shinkansen, de lo bien que va, de lo que cuidan a la población japonesa, de los eficientes que son sus empleados, etc. que un thriller o una película de acción en sí, hay algunas partes que nos han cansado demasiado, aunque entendemos que, para los japoneses o los fans de todo el mundo ferroviario puede ser muy interesante.
En definitiva, una película que nos ha dejado un poco fríos, aunque es bastante entretenida y amena; para los que no hayan visto la original, puede tener algo de interés, pero para nosotros, entre que el argumento es exactamente el mismo y que pierde cualquier tipo de personalidad, no nos interesa lo más mínimo este tipo de cine.
- Lo mejor de la película:
Que aproveche para hacer algo de crítica a la política, redes sociales, etc. y un final muy japonés.
- Lo peor de la película:
Unos actores con cero carisma y que no nos creemos ni por asomo.