Porque no sólo de cine novedoso e hiper extremo vive el hombre, hoy os hablaremos de una pequeña película que pasó sin pena ni gloria por algunos festivales internacionales, entre ellos el Festival de Sitges. Samurai maratón, tal y como su nombre indica, recupera el antiguo cine chambara, pero en un estilo algo más actual, suponemos que el problema es que la mayoría de la gente que no sea específicamente interesada en el cine oriental o japonés no llegará a entender lo que significa una película así o simplemente ni siquiera les interesará. Para nosotros no es que fuera un peliculón ni algo a reivindicar por alguno de sus valores, pero sí que vimos algunos aciertos muy correctos.
La película empieza mostrándonos la llegada del hombre occidental y de las armas de fuego a Japón, cosa que no traerá nada bueno y la mayoría de los dirigentes lo sabrán; por eso el Shogun teme por alguna revuelta de sus lacayos y tiene espías por todas partes. En una de las regiones habita nuestro protagonista, un espía que lo es básicamente por descendencia y que está implicadísimo con su función; va reportando regularmente hasta que un día ve algo muy extraño, una reunión inesperada con todos los hombres de armas de la región e inmediatamente reporta una posible revuelta; pero no era así, sino que el dirigente simplemente quería organizar una carrera para ver que sus hombres estaban en buena forma. Empieza la carrera y hay varias posiciones: los que lo dan todo por ganar, los que no se preocupan demasiado, nuestro protagonista que corre para intentar interceptar su correo erróneo e incluso un viejo y un niño que quieren demostrar lo que valen. Así, entre correr, diversas trampas y traiciones, al final no podrán evitar que lleguen los hombres del Shogun pensando lo que no es, pero sí que tendrán que intentar solucionarlo.
Como podéis comprobar, la película tiene un argumento muy clásico, nosotros no somos grandes fans del chambara más clásico, pero con lo que hemos visto nos ha recordado mucho a los grandes temas clásicos, hablando de lealtades, traiciones, sumisión, pruebas de valor, la entrada del hombre occidental… y muchas cosas más; es más, estamos seguros que incluso debe haber alguna película muy parecida que nosotros no conocemos.
Pero el clasicismo se queda sólo en la temática, porque no solo la imagen se ve completamente actual, sino que toda la manera de rodarla y montarla se basa en gustos y escuelas modernas; tanto el enfoque de los planos, los cambios rápidos de plano, el movimiento sin miramientos, etc… nada que ver con las antiguas películas que, aunque fueran de acción, eran muy contemplativas, jugaban mucho con los grandes silencios y planos estáticos, etc.
De todos modos, y aunque adoramos el estilo japonés clásico, nos ha gustado bastante esta nueva versión en la que la película se divide muy claramente en tres grandes partes de duración parecida: una introducción muy clara y amena para enganchar a los que no conocen la historia, la época, las situaciones típicas, etc.; hasta casi mitad de película no empieza la carrera, en la cual tenemos tanto los entresijos reales de la trama, como una pelea superficial (o no tanto) para llevarse el premio; y una parte final (de bastante peso) dónde entra la acción real y que hace acabar la película por todo lo alto (y eso es de un estilo muy actual). Lo único que no nos ha acabado de convencer es la introducción de algo de humor en ciertas partes de la película; la habríamos disfrutado igual o más sin esos incisos (aunque sea un humor suave).
Y a todo eso, lo que más nos ha extrañado es que, aunque sea una producción completamente japonesa, su director es Bernard Rose (Candyman) quien sin duda es el responsable de todo el estilo contemporáneo de la película, pero que seguro que se ha informado muy bien antes y ha visto mucho cine chambara, y esto se nota. Y para ello se ha ayudado de un actor conocido y bastante bueno: Takeru Sato (Rurouni Kenshin, Inuyashiki).
En definitiva, un chambara moderno, no en su argumento, pero sí en su estilo; que trata de acercar el género a las nuevas generaciones y a los que no conocían el género, pero que quizás desvirtúa un poco el género. Para nosotros que no estamos ni en un extremo ni en otro, nos ha parecido una película muy correcta.
- Lo mejor de la película:
Todos los giros argumentales y sorpresas que se nos presentan.
- Lo peor de la película:
Nos sobra la parte más cómica.