Después de una racha de buen cine asiático, os proponemos también algo de cine cutre, porque sabéis que nos encanta, y si es ese cine cutre de los ‘80 que lo hace sin querer y que ahora nos provoca unas grandes risas, mucho mejor. Nos vamos hacia Filipinas, con uno de nuestros directores de cine cutre más grandes; la película se llama Stryker y es un Mad Max-xploitation en toda regla, con mucha acción y otras garantías de diversión asegurada, que ya os iremos contando. La verdad es que nos ha recordado mucho a otras películas del director, sobre todo a aquellas que pudimos ver en el DVD de Trash-o-rama dedicado precisamente a esto, pero ésta fue la primera de ella, así que suponemos que el resto han ido sacando cosas de ella. Al final no es más que una película de acción lo más barata posible para rellenar las sesiones dobles de auto cines americanos, que se hacían en Filipinas con un director y un equipo de allí básicamente por los beneficios económicos que representaba, pero con actores americanos de televisión.
En un futuro post-apocalítico, dónde La Tierra se ha vuelto yerma y no hay más que desierto, los supervivientes de pelean por conseguir agua, el bien más preciado del Mundo. La película empieza con unos tipos vestidos en cuero persiguiendo a una pobre chica, cuando están a punto de atraparla, aparecen dos super machos de la nada y la salvan, cargándose a casi todos los malotes y la pierden, pero acaban llevándose algo de agua que había escondida. Después de algunas persecuciones en coches y motos con los malos de la peli, los protas van a rescatar a la chica del fuerte de los malos, salvándola a media violación y saliendo de allí para llevarla con su banda. La chica resulta ser de un clan de amazonas que se esconden en un paraje secreto dónde fluye el agua, lo que quieren es precisamente encontrar a la banda de los buenos para que les proteja de los malos, así se irán con ella y tendrán la lucha final contra las hordas de tipos de cuero.
La película es todo lo mala que puede ser, con bajos presupuestos, malos actores, sin una historia coherente, etc. Pero tampoco intenta ser mucho mejor que eso, simplemente es una película de relleno para aprovechar el buen tirón de Mad Max 2 (una de las cientos de películas que hay con la misma intención); pero estamos seguros que fue rentable (que era lo único importante) y además, vista a día de hoy, es una auténtica risa: ese buen cine malo…).
Es verdad que hay muchas escenas de acción, y en realidad la película es sólo eso, el poco argumento que tiene es una simple excusa para ir de una escena de acción a otra, sin demasiado sentido y muchas veces incluso casi sin enterarnos de qué pasa, pero no nos importa ya que lo único que queremos es disfrutar de un poco de acción a lo bestia. Y hay un poco de todo, desde persecuciones en coche, moto o camión, hasta tiroteos, miles de explosiones, verdaderos asaltos dignos de un ejército, algunas peleas a mano y a cuchillo, incluso una violación… gran variedad para todos los gustos y para que no nos aburramos ni un momento.
Un ritmo general nada bueno de sube y baja constante, entre la acción más dura y momentos en qué no pasa absolutamente nada interesante, pero lo compensa con unos personajes muy simpáticos y nada originales que nos hacen partirnos de la risa: entre Stryker, que es el prota, pero no lo parece, casi sin diálogo, las amazonas con protecciones de futbol americano y arcos, los malos nazis ceñidos en ropas de cuero y máscaras anti-gas en medio del desierto, los enanos del desierto (como los de Star Wars)… casi parece un gran circo hecho película.
Por supuesto, todo dirigido por Cirio H. Santiago (Wheels of fire, Firecracker) todo un mito ya del cine cutre y una garantía de poder reír con el peor cine de Filipinas.
En definitiva, para los seguidores de las copias malas de Mad Max 2, aquí tenéis una de ellas, ni la más buena ni la peor, pero sí una de las primeras que se hicieron y, aunque sin presupuesto, hecha con toda el alma. Una muestra más del cine más cutre de los ‘80 con el que reírnos sin parar y llena de acción.
- Lo mejor de la película:
Esos estilismos tan de los ‘80.
- Lo peor de la película:
Ese final tan estúpido.