Teiichi: Battle of supreme high, la loca política japonesa

Teiichi: Battle of supreme high

Hoy queremos seguir con el nuevo cine juvenil que se hace en Japón y, cómo no, parece que las grandes producciones japonesas últimamente salen más de los mangas que  otra cosa, así que vamos con un live action llamado Teiichi: Battle of supreme high, en realidad una comedia de estudiantes, pero muy basada en política; si os gusta el tema, seguro que disfrutaréis con ella, si no, quizás se os puede hacer un poco aburrida.

Teiichi: Battle of supreme high
Personajes sacados directamente del manga

La historia se emplaza en una de las facultades más prestigiosas de Japón, de dónde salen los futuros gobernantes del país, esa universidad, además de dar clases tiene un sistema de consejo estudiantil muy estricto y que sirve como practica del sistema democrático real del país, así se ve quien está realmente preparado para la política. El protagonista es el hijo de un gobernador a quien su padre le ha inculcado la idea de que tiene que llegar a ser el mejor para convertirse en un líder, así que acude al instituto decidido a convertirse en presidente del consejo estudiantil, pero no puede hacerlo en su primer año, así que decide respaldar a quién él cree que es el rival más fuerte para que el próximo año él lo apoye en su candidatura. Nuestro protagonista es muy listo y hace que los puntos de su candidato suban como la espuma, pero se acabará dando cuenta de que sus padres son grandes enemigos y que al final acabaría siendo traicionado; casi al final del período cambia de candidato y ayuda a su oponente, pero incluso con las malas prácticas del candidato más fuerte, hará que su nuevo candidato acabe triunfando.

La verdad es que tal y como os hemos contado la trama parece un tostón más político que otra cosa, pero a esto debéis sumarle el típico humor japonés y un poco la estructura narrativa de un manga, así que acabaremos teniendo una película bastante amena y divertida (para los que entiendan este tipo de humor). Si os avanzamos lo que pensamos de ella, a nosotros personalmente no nos ha atraído especialmente, pero debemos decir que para el tema que trata (que no nos interesa ni un pelo), se nos ha hecho muy entretenida sin caer ni un momento en las típicas bajonas japonesas.

Sinceramente no estamos hablando de un humor nada inteligente, ni siquiera de ese tan loco que suelen hacer los japoneses en sus películas más extremas, sino que éste se basa sobre todo en las típicas sobreactuaciones, chicos sin parar de chillar y asustados por cualquier tontería, llevar unas situaciones en principio sin ningún tipo de interés a la exageración y la tontería más grande, como si fuera algo vital, etc. Este tipo de humor, aunque acaba cansando un poco después de dos horas sin mucho sentido, nos hace reír bastante. Si a eso le sumamos una estética muy manga, de hecho los personajes son casi clavados a los del comic; y una estructura casi en capítulos que nos va contando la historia de manera lineal y muy fácil, tenemos un rato muy entretenido, pero ni de echar carcajadas, ni de emocionarnos con nada.

Teiichi: Battle of supreme high
Abiertamente gay

Quizás lo que más nos ha sorprendido y gustado ha sido ese carácter abiertamente homosexual, definiendo lo que debe ser normal en los institutos masculinos, Y por supuesto, esa crítica al sistema político japonés (aplicable a casi todos los países del primer mundo) con toda su corrupción, sus amiguismos y enemigos, la manera de comprar los votos, la estanqueidad ante los que no están dentro de la élite … intentando mostrar todos los estereotipos que hay en la clase política, desde el aprovechado, hasta el inepto, el listo que sabe lo que hace…

Técnicamente ya os hemos comentado que se trata de una gran producción, así que cuenta con todo lo necesario para tener la mayora calidad posible en todos los aspectos, además, habiendo sido dirigida por Akira Nagai (Judge!, If cats disappeared from the world) experto en comedia ligera y que va haciendo crecer su nombre con cada una de sus producciones (muy a nivel nacional y dentro de su público, claro), nos queda una película bastante redonda.

En definitiva, una comedia que más que para hacernos reír como locos, nos servirá para soltar unas sonrisas y para que los jóvenes japoneses vean cómo funciona realmente el sistema político de su país y porque no deben confiar en él. Suponemos que el humor se entenderá mucho mejor localmente, o es que nosotros ya estamos demasiado acostumbrados a este tipo de humor.

  • Lo mejor de la película:

Algunas escenas magistrales (y muy gays) como la de los Taiko o la del baile de hermandad.

  • Lo peor de la película:

Esos falsos finales en las películas japonesas que acaban teniendo tres finales más después del que pensábamos que acababa la película.

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