Wolf guy, una buena muestra del cine japonés violento de los ’70

Wolf guy

Como no todo en la vida pueden ser novedades, de vez en cuando también nos gusta recuperar algún clásico del cine asiático extremo; no penséis mal, cuando en este blog hablamos de cine clásico nos referimos a los ‘70 y ‘80, tampoco nos gusta ir más allá. Pues hoy tenemos para vosotros todo un peliculón llamado Wolf guy, todo un referente del cine japonés de la época, mezclando un poco de cine de yakuzas con algo un poco más esotérico, pero sobre todo lleno de acción, bastante bizarro y con una de las figuras clave del cine de acción japonés de la época, nada más y nada menos que Sonny Chiba, lo que ya de por sí nos ofrece una buena razón para ver la película. Después de verla nos hemos enterado que en verdad es un live action de un manga bastante conocido, por supuesto de forma muy resumida, pero con una historia apasionante y delirante. 

En esta reseña os vamos a hacer algún SPOILER importante, porque si no es imposible contar bien todo lo grande que es, así que si sois de los que quieren descubrir lo que pasa sin que os lo cuenten antes, os recomendamos no seguir a partir de aquí (aunque el título ya dice bastante de ella), ya que tiene unos giros de guión impresionantes.

Wolf guy
Un tío duro

La historia se centra en un reportero al que le gusta escribir sobre los casos más bestias y macabros, que lo flipa cuando un miembro de la yakuza muere ante él desgarrado por algún ser sobrenatural que no consigue ver. Después de investigar un poco y tener que enfrentarse a la yakuza con sus propias manos por haberse metido demasiado en la trama, descubre que un grupo cogió a una cantante y la violaron entre todos, contagiándole uno de ellos la sifilis, con lo que la pobre chica arruinó su carrera, su noviazgo y se vio metida en el mundo de las drogas; la historia de la chica va mucho más allá, pero lo más importante es que, de alguna manera ella se fundió con el espíritu de un tigre para llevar a cabo su venganza contra la yakuza. Además de descurbrir el caso, el reportero vio el final de la esa banda con sus propios ojos, pero la historia no acaba aquí, ya que la CIA japonesa los atrapa a él y a la chica para usarlos como arma secreta (ya que él tampoco es realmente un humano); así que la historia continua en ese sentido, y aquí sí que no os contaremos mucho más. 

La película es muy setentera, no sólo en su imagen y música, sino también en su forma de filmar, esos planos rebuscados, ese extremismo que ahora sería muy difícil de poner en un cine y sobre todo por tener una acción sin fin; se nota que se quiere contar muchas cosas en muy poco tiempo, lo que la hace tener un ritmo trepidante y sin ni un solo segundo de descanso. 

Wolf guy
Un final inesperado

En la menos de su hora y media de duración no sólo tenemos una película de acción pura, sino que empezamos con una primera parte muy de yakuza eiga de la época, pero seguimos con una trama más rebuscada y un estilo bastante psicodélico, para acabar en una tercera parte casi bélica con disparos, ejércitos, bombas, etc.  

Todo eso incluyendo también unas cuantas escenas de sexo (erótico, nada de pornografía), mucha sangre y alguna escena tirando a gore, pero también una trama mucho más sobrenatural y una buena historia sobre los orígenes del protagonista, que lo llevará a acabar como lo hace. 

Por supuesto, lo más importante de la película no es la trama ni la acción, sino que todo se basa en su personaje principal, interpretado por el gran Sonny Chiba (Street fighter, Battles without honor and humanity) que interpreta su personaje más común y aplaudido, un tipo durísimo que puede con todo, se lleva a todas las mujeres, nada le asusta, pegando fuerte a todos los malos y con un carácter imposible, ya sabéis, la perfecta imagen del antihéroe; en él cae todo el peso de la película. 

El director es ni más ni menos que Yazuhiko Yamaguchi (Delinquent girl boss, Sister street fighter) un habitual de las sagas de pinky violence, lo que nos da una buena garantía de acción salvajismo y sexo en todas sus cintas; un nombre imprescindible para los amantes del cine de katanas y colegialas. 

En definitiva, todo un clásico del cine japonés de acción más gamberro, brutal y políticamente incorrecto de los ‘70, cuando casi todo estaba permitido; quizás no es la película más representativa del género, pero sí muy destacable por mezclar la violencia habitual con una trama más sobrenatural y una historia más que interesante. 

  • Lo mejor de la película: 

Es todo lo que los amantes del cine que solemos reseñar desean ver en una película. 

  • Lo peor de la película: 

Una cosa así habría dado para toda una saga, o al menos una buena trilogía. 

  • La curiosidad:

La mayoría de los personajes representan a un animal, algunos incluso se deberían convertir; sin embargo, no se muestran en ningún momento por falta de presupuesto.

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